Maurice Béjart

Maurice Béjart nació en Marsella el 1 de enero de 1927 y murió el 22 de noviembre de 2007 en Suiza. Su verdadero nombre era Maurice-Jean Berger, y Béjart era su nombre de artista y también el apellido de la mujer de Molière al que quería rendir un homenaje. Cuando tenía 7 años, perdió a su madre y siguiendo los consejos de un médico, empezó a  bailar para fortalecerse emocionalmente. En aquel momento, sueña con ser torero.  

Le Sacre du printemps

Con 14 años, entró en la Opera de París donde dio clase con una famosa bailarina rusa : Lioubov Egorova. Su formación en Paris le permitió integrar primero el Ballet de Vichy en 1946 y el International Ballet de Londres.  Después de viajar por el mundo, volvió a Paris donde se ha vuelto coreógrafo además de bailarín. En 1951, crea su primer ballet, L’inconnu, en Stockholm. En 1953, inventa su primera compañía de baile, el ballet de l’Étoile, con la que coreografió  Symphonie pour un homme seul.  En 1959, dejó a Francia por Bélgica donde trabajó durante veintisiete años con una tropa de teatro. Ahí, el dueño del teatro de la Monnaie le encargó la que iba a ser su coreografía más famosa, Le Sacre du printemps. Juntos, Béjart y el dueño del teatro montaron el Ballet del siglo XX en 1960. Recorrieron el mundo entero y engancharon un público numeroso de neófitos a la danza moderna. El mismo año, con la bailarina Duska Sifnios, creó el eblemático Bolero de Maurice Ravel.  El Ballet del siglo XX fue desmantelado en 1987 tras un conflicto con el director del teatro de la Monnaie. Recibe entonces una invitación de la fundación Philip Morris en Suiza donde se instala y crea el le Béjart Ballet Lausanne. Sus obras son inmensas. Si les interesa, les invito a visitar la página oficial de Béjart aquí (pagina en francés)

Era famoso por su exigencia y trabajaba con bailarines de todos los continentes. Su trabajo se caracterizaba por su diversidad. Mezclaba los universos musicales, líricos, teatrales y coreográficos. Daba rienda suelta a la imaginación de sus solistas pero era intransigente con los movimientos de conjunto. En cuanto a la temática, giraba en torno a los grandes temas de la actualidad como el sida o la ecología.

La fama de Béjart no llegó a los países anglosajones pero tuvo mucha influencia con la llegada de la danza moderna en Francia y en Bélgica en los 60.

A la hora de crear, se inspiraba de los tormentos del alma y de su fascinación para la muerte pero también de los bailes del mundo aunque la base de sus obras era clásica. Era innovador por rechazar los vestuarios y por la modernidad de su decorado.

Antes de morir, creó la fundación Maurice Béjart  que heredó de todos sus bienes, en peculiar los derechos de autor de todas sus obras. Esta fundación tiene los objetivos siguientes:

-          ayudar financieramente a los bailarines pobres en escuelas profesionales de danza y de ballet.

-          Apoyar financieramente a compañías de baile y proyectos de búsqueda medical que trabajan para hospitales universitarios en progresos que pueden ayudar particularmente a bailarines.

Sus escuelas:

Béjart Ballet Lausanne

En 1970, funda la escuela Mudra en Bruselas. Formó a muchos bailarines y coreógrafos que participaron activamente al auge de la danza contemporánea en Europa. También abrió otra escuela Mudra en Dakar, en 1977, antes de mudarse a Lausana, en 1992 para abrir l’École-atelier Rudra que da formaciones de dos años. Es una de las escuelas más prestigiosas del baile clásico y contemporáneo.

Tokyo Ballet

Con todas sus escuelas y compañías, dedicaba la mayor parte de su tiempo a crear nuevos espectaculos para ellas, pero también trabajaba de vez en cuando para grandes instituciones internacionales como el Opéra de Paris, el Ballet de Stuttgart o el Tokyo Ballet para las cuales inventa nuevas coreografías o vende antiguas. Su ultimo espectaculo se llama « Le tour du monde en 80 minutes », pero desafortunadamente, fallció antes del estreno. 

Le Sacre du printemps